El aprendizaje híbrido ha cambiado cómo los estudiantes usan el espacio en el campus. Muchas aulas están vacías mientras que las bibliotecas, salones de estudio y áreas informales de colaboración permanecen llenas durante todo el día. Este cambio presenta un desafío para los planificadores universitarios: ¿cómo pueden las instituciones equilibrar el uso eficiente del espacio, el compromiso estudiantil y los costos operativos?
Datos recientes destacan este problema.
“El uso promedio de aulas es solo del 38% durante las horas pico, mientras que los espacios de aprendizaje informales tienen una demanda mucho mayor.”
- Informe de Benchmarking de Ocupación de JLL 2024
Con las universidades enfrentando restricciones presupuestarias y una creciente presión para optimizar recursos, entender cómo se está utilizando realmente el espacio es fundamental.
Muchas instituciones construyeron sus campus en torno a horarios fijos de clases. Pero con el aumento del aprendizaje híbrido y asincrónico, los estudiantes asisten a menos conferencias presenciales. Esto lleva a un subutilización de las salas de conferencias mientras que otras áreas, como los espacios de grupos de trabajo y zonas de estudio, están en demanda constante.
Las universidades deberían considerar:
📌 Ejemplo: Una universidad realizó un estudio de ocupación de dos semanas y descubrió que una sala de conferencias de 200 asientos operaba consistentemente al 25% de capacidad, mientras que las habitaciones de estudio grupal cercanas estaban a plena ocupación. Convirtieron parte de la sala en espacios más pequeños, mejorando la eficiencia del espacio.
Los estudiantes siguen yendo al campus, pero no siempre para asistir a clases. Buscan entornos flexibles para estudiar, colaborar e interactuar socialmente. Las bibliotecas, centros estudiantiles y áreas de descanso suelen estar más llenas que las aulas tradicionales.
Para acomodar mejor estas necesidades, las universidades pueden:
📌 Ejemplo: Una escuela de negocios notó que los estudiantes se reunían informalmente en pasillos y cafeterías para trabajar en proyectos, a pesar de que las aulas disponibles estaban vacías. Después de revisar los datos de ocupación, convirtieron varias aulas poco utilizadas en cápsulas de estudio reservables con pizarras y equipo audiovisual.
La mayoría de las universidades dependen de horarios y datos de inscripción históricos para planificar la asignación de espacio. Sin embargo, estos no siempre reflejan el uso real. Algunas aulas podrían estar programadas pero permanecen vacías debido a baja asistencia, mientras que otras podrían ser demasiado pequeñas para la demanda.
“Los datos muestran que muchas aulas universitarias están reservadas en papel pero experimentan tasas de ocupación reales mucho más bajas de lo esperado.”
- Informe de Benchmarking de Ocupación de JLL 2024
Al recopilar datos de ocupación a corto plazo, las universidades pueden:
Uno de los desafíos en la planificación de la educación superior es la necesidad de equilibrar las estructuras académicas tradicionales con los comportamientos cambiantes de los estudiantes. Las universidades deben mantener espacio para conferencias y oficinas de docentes, además de adaptarse a entornos de aprendizaje más flexibles.
Las soluciones incluyen:
P: ¿Cómo pueden las universidades asegurar que el espacio de las aulas se está usando eficientemente?
R: Realizar estudios de ocupación a corto plazo proporciona datos reales sobre la asistencia a las aulas versus la programación. Esto ayuda a los planificadores a ajustar los diseños, redimensionar las aulas y hacer un mejor uso del espacio disponible.
P: ¿Cómo pueden las escuelas equilibrar el espacio para conferencias con los espacios de aprendizaje informal?
R: El diseño flexible es clave. Las aulas deben ser adaptables, y las salas de conferencias infrautilizadas se pueden reutilizar para áreas de estudio grupal más pequeñas.
P: ¿Con qué frecuencia deben las universidades revisar su utilización del espacio?
R: Al menos una vez por semestre, especialmente al pasar entre años académicos o al ajustar las políticas de aprendizaje híbrido.
Sin datos reales, las universidades corren el riesgo de desperdiciar espacio y recursos valiosos. Muchas decisiones sobre la planificación del campus se basan en suposiciones desactualizadas en lugar de en patrones de uso reales.
Aquí es donde Vantage Space proporciona valor. A diferencia del rastreo basado en sensores a largo plazo, Vantage Space ofrece estudios rápidos de ocupación dirigidos por humanos que capturan tanto datos cuantitativos (cómo se utilizan los espacios) como conocimientos cualitativos (cómo interactúan los estudiantes con esos espacios).
Al realizar estudios de ocupación instantánea, las universidades pueden:
Con los datos correctos, las universidades pueden asegurar que cada espacio cumpla un propósito, mejorando tanto la experiencia estudiantil como la eficiencia operativa.
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